24 de noviembre de 2024

Concurso

 


Los participantes comprueban sus turnos en el monitor.

 

La sala respira un silencio tenso, como si todos estuviéramos esperando que una bomba explotara. Pero no, sólo son los turnos del concurso de la consulta del médico.

 

Los dígitos comienzan a moverse, y un pequeño suspiro colectivo llena el aire. Cada segundo que pasa parece más largo que el anterior.

 

El señor que tengo al lado está al borde de un ataque de nervios, como si la suerte de su vida dependiera de una combinación de cifras y letras en una pantalla digital. Su mirada se clava en el monitor, como si pudiera hacer que su turno apareciera simplemente con la fuerza de la voluntad. No quiere perder ni un detalle y mantiene sus papeles pegados al rostro.


17 de noviembre de 2024

Noche


Aquella fue una de las noches más divertidas que pasé junto a él. No recuerdo haber parado de reír ni un solo minuto.

Le miraba y reía, nos mirábamos y reíamos. Era un sinfín de bromas, una danza de carcajadas que ninguno de los dos quería detener.

 

El mundo podía derrumbarse, pero en ese pequeño universo de risas todo estaba bien. Sus ojos chispeaban bajo la luz tenue de las farolas, reflejando la alegría desbordante de un instante perfecto.

 

—Para, para, por favor… —le supliqué entre jadeos, llevándome una mano al pecho—. Me va a dar algo de tanto reír.


10 de noviembre de 2024

Mentira



Cuando yo era pequeño me gustaba sacar la lengua desde la ventanilla de atrás del coche de mi padre.

Me resultaba muy divertido, sobre todo en las paradas de los semáforos, mirar a los coches que se ponían a mi lado, yo siempre viajaba en el lado derecho, y cuando llegábamos al semáforo, sacaba la lengua. Abría mucho la boca para que mi gesto fuera más provocador aún. Notaba como mis labios se tensaban, mi boca alcanzaba su máxima apertura y las comisuras estaban a punto de estallar.

 

Era un gesto que duraba muy poco tiempo, apenas segundos, pero que a mí me resultaba de lo más obsceno. Pensaba que era un niño muy malo que traspasaba todas las reglas. Era un caso perdido.


3 de noviembre de 2024

Eterna

 


De nuevo miró por la ventana del balcón de su habitación. La mañana era clara, aunque en el cielo persistían las nubes. Paseando hacia la entrada del parque, una señora guiaba a tres niños. ¿Serían sus hijos o sería una doncella que los acompañaba al jardín?

Percibió una sensación extraña en su cuerpo. El no haber sido madre era una idea que siempre estaba en su cabeza, torturándola. 

Eran dos varones y una hembra. Reían. Llevaban unos grandes aros que hacían rodar sobre la gravilla del camino de entrada, hacia la fuente. La niña abrazaba una muñeca enorme para su edad.